Nacimos en Milán en 2006 como agencia digital.
Este nuevo canal, que entonces se consideraba como una parte menor de una estrategia de comunicación más amplia, generó un cambio en el mundo de la publicidad y la necesidad de un lenguaje más directo para atraer a los usuarios.
Smallfish respondió a estas nuevas necesidades con un ADN dinámico y una estructura contenida en lo orgánico y no en las competencias.
Después de más de diez años, lo digital se ha vuelto esencial en una estrategia de comunicación. Hoy somos menos “small” y más estructurados, pero hemos mantenido ese ADN dinámico del principio.
Somos una agencia creativa con un alma digital que integra los medios tradicionales y digitales de una manera coherente y funcional para los objetivos del cliente.
Nos encantan las relaciones largas.
A lo largo de los años, hemos establecido relaciones duraderas con nuestros clientes y nuestros colaboradores, siendo un interlocutor siempre presente que escucha activamente y ofrece lo mejor en términos de estrategia y creatividad.